domingo, 6 de julio de 2008

BAR ESCRUPULOS

este fué el primer bar al que fui, en el año 1984. Estaba localizado del INS 150 metros al Oeste. Debí tomar valor, y darle varias vueltas a la cuadra para poder entrar. Por lo recuerdo, estuvo abierto alrededor de 4 años. Luego, se pasó a la cuadra del frente, con el nombre de Bar Jacó.

Recuerdo otros bares de esos años:

La bota: nunca fui, y no recuerdo donde estaba localizado, solo recuerdo el nombre. Si alguien sabe algo...

El coche rojo: al lado de la bomba de gasolina frente al hospital San juan de Dios en avenida Segunda.

Antinos: en barrio Amón, cerca de Café Mundo, abierto alrededor del año 82 u 83

El loro azul

Jaguares

Pigmalion: frente al Liceo de Señoritas, donde hay ahora una venta de hamburguesas (dato por confirmar), cerró en al año 81.

Timarkos: estuvo abierto desde el año 84 hasta el 85. Era más una disco que un bar. Desapareció con la inauguración de La Torre en el año 85. Estaba localizado a 250 mts del Edificio de Correos, hacia el Norte (no, en esa epoca no era una zona peligrosa). Al entrar, lo que se percibía era una galeria de arte. A la zona de la disco se entraba por una pequeña puerta que daba a un bar y luego a la pista de baile. Debido a problemas de patente, debían cerrar a las 2 am. Los dueños, astutamente, abrieron otro bar en San Pedro, llamado "El Big Ben", en el centro comercial Los Yoses, donde estuvo después Taos. Y a la hora de cerrar Timarkos, había un bus que se llevaba a los clientes no motorizados desde la disco, al Big Ben. Desafortunadamente, la disco cerró poco tiempo después de haberse abierto La Torre.

La Vie Parisienne: en el edificio Cristal: cerró en el año 89. Tenía un ambiente agradable.

La Torre

9 comentarios:

DiegoCR dijo...

Hola a tod@s,

Agradezco la oportunidad de poder compartir las memorias y contribuir a la historia de los bares gay en Costa Rica. Aunque mi cronología no sea muy precisa (la distancia en el tiempo no ayuda a precisar instantes) tratare de dar los años en que creo sucedieron los eventos.

El Loro Azul en Barrio Amón, cerca de la Cantina Limón. Entre 1977 y 1978, es el primero que conocí. Aun tengo presente como me latía el corazón conforme avanzaba las cuadras a mis 17 (a los lindos jovencitos no nos pedían cedula en aquel entonces digo yo, porque se que entré –y varias veces!). Tocaba uno la puerta y entreabrían lo suficiente para verte y determinar si estabas en el lugar correcto y entonces te dejaban pasar y adentro te cobraban –o no.

Ya adentro se pavoneaba uno como hombrecito con alguna cerveza y definitivamente un cigarro. Todo el mundo fumaba entonces. Esa primera vez, la segunda cerveza que tome, fue una invitación de algún caballero, la primera vez en mi vida que me hacían sentir deseada ops... ado. Y bueno uno temblaba todo el tiempo de emoción, por dentro, sabiendo que estaba haciendo algo prohibido. Pero aquel temor presente todo el tiempo, de sabor a clandestinidad, se manifestaba como una pesadilla hecha realidad cuando parpadeaban sendas luces de bombillos desnudos que avisaban que la policía había llegado. Ah, aquel horror de que te llevaran preso por playo... Entonces, si por suerte había alguna que otra hermana lesbiana, las que hubiera se ponían a bailar con los hombres y los demás corríamos fuera de la pista y dejábamos de bailar. Todos nos comportábamos, según yo, muy machitos, mientras aquellos PM guapetones entraban caminando coreográficamente al mismo paso, echaban una mirada y se iban pacíficos, sin más. Por suerte en esas ocasiones no paso nada, solo el ataque de adrenalina que lo hacia a uno seguir arriesgándose a ser gay en una década temprana en un pueblo pequeño pero por suerte tolerante. En otro momento contare de cuando si pasó algo y hubo una redada. El loro azul era discreto y bonito había un gran Loro Azul y aunque era oscuro se veía todo bien cuidado. Con algunos aun presentes y otros ya ausentes bailamos disco y dejamos el sudor de la inocencia en su pista de baile.

El Coche Rojo que tenia el color rojo en cada parte donde no había dorado, frente al costado este del Hospital San Juan de Dios fue un buen lugar. Era de lo gay mas público y por alguna razón aceptado/tolerado en San José. Tenía unos ventanales enormes con cortinas rojas, claro esta. Llegaban travestis en esos años 77/78 y hacían buenos shows. El Coche era muy popular para cierto grupo de gente, mientras que otros preferían La Bota o el Cantábrico. También en el Coche Rojo me invitaron mas de una cerveza, pero ahí lo relevante, presente en la mente de mucho joven de entonces, era, sino ingresar al circulo de Mario Lizano y su sequito, por lo menos ser invitado a alguna de sus legendarias fiestas. Felizmente fui invitado a varias. Su casa allá en la pista, por donde quedaba la Firestone era encantadora y las fiestas, bueno, como se esperarían en esos años... Un recuerdo acude a mi mente asociado con el Coche Rojo y Mario Lizano, que no tiene nada que ver con los bares en CR pero permítanme la indulgencia de compartirlo... Creo que para la fiesta de fin de año de 1978 se esperaba que fuera extraordinaria y bueno, mis padres me obligaron a pasarla en casa hasta por ahí de la una de la mañana, pero era tal la fiebre de estar en la fiesta que a esa hora –limitado de dinero como adolescente pobre de la época, igual me fui caminando hasta la casa de Mario Lizano desde San José. Porque no podía pagar un taxi y no circulaban buses ya a esa hora. Que no me hablen de romerías pues no era una virgen lo que esperaba al final del largo caminar. Solo en mi cabeza de joven obsesionado cabía tal hazaña. Llegue a las mil no se que hora era pero las 4 o 5 de la mañana. Llegué pero ya no había fiesta, sin embargo conocí a alguien que merodeaba aun por la casa y además, me toco tremendo desayuno en casa de Mario un 1º de Enero, lo cual para uno a esa edad era gran cosa. Ah, pecado.

El Feo-Carril Corría el año del Señor de 1979 y yo corría, metafóricamente hablando taconeando por la ciudad. Nótese que yo viví desde chiquito y hasta los 16 o 17 en pleno San José, en barrio la Dolorosa, a 5 cuadras de la avenida central, así que San José era mi barrio y nada se me pasaba en lo que a bares y otros lugares gay se refiere, era yo un niño ávido por encontrar otros como yo y desde temprano trote esa ciudad. Acababa de decidir que seria bailarín de danza contemporánea, gracias a Marquito Lemer que en paz descanse que me inspiro a bailar, el lo hacia como un Dios. Ya había pasado por varios trabajos hasta llegar al INS en donde mis padres estaban felices de verme de oficinista y con futuro. Después de casi 2 años trabajando ahí, decidí renunciar para dedicarme a la danza según yo a tiempo completo. Por cierto me echaron de la casa y me costo un poco arrancar pero... y esto les compete, –yo había visitado otro bar encantador donde había tantas hermanas lesbianas como homosexuales, un equilibrio poco común en esos años. El lugar en cuestión, el famoso FEO-CARRIL. Era un chirrión angosto y largo que albergaba mesas a ambos lados y dejaba un diminuto corredor entre ellas por donde había que caminar, como en un tren de los de antes, para llegar al bar que estaba al fondo. Su dueña la legendaria y famosa Chico Malo, quienes la conocen saben su nombre, de ella puedo decir que defendió en ideales y con fuerza física a la comunidad gay de la época que visitaba su bar. Nos defendió de los prejuiciados ignorantes conciudadanos que alguna que otra vez entraron para agredirnos en nuestro submundo. Ella sabía pelearse –si era necesario- para sacar a algún cliente indeseado. Además era una mujer emprendedora y una buena empresaria a quien creo le iba bien siempre, yo la admiraba y le tenia cariño. Y así la vida dio ciertas vueltas y yo termine pidiéndole trabajo como bartender para poder, durante el día, tomar clases de danza en el recién abierto Taller Nacional de Danza, con Mireya Barboza. Trabajaba con otro barténder un muchacho afectadito pero simpatiquísimo de quien no recuerdo el nombre pero si su afro, tan de moda en esos años.

Ahí trabaje unos meses y me toco separar mas de un pleito de hermanas lesbianas que eran buenas para armar traido en esos años y que generalmente iniciaban escenas de infidelidad ahí en ese lugar, pues llegaban mujeres muy hermosas. Yo servía tragos y trataba de madurar mientras los mesclaba. Al final no, no madure tan pronto y de ahí pase a algún otro trabajo temporal mientras trataba de decidir si lo que quería era suicidarme o comer helado, como decía entonces un querido amigo. Con el tiempo el Feo Carril creció y se extendió, abrieron una pista de baile y otras salas, luego creo que lo vendieron y los nuevos dueños le cambiaron el nombre a Los Cucharones. Yo me fui del país poco después en el 81, pero no sin antes conocer algunos otros lugares.

Uno era PIGMALION propiedad de Luis León quien había rentado un viejo local frente al Colegio de Señoritas que se llamaba Club 4:15 y estuvo cerrado por muchísimos años. Luis lo remodelo e instalo en el techo un sistema de latas de zinc en un armazón con poleas que permitían abrir el techo en las noches de verano y disfrutar de Edith Piaff a la luz de la luna. Aquello era como el templo a Piaff, Luisito en ese tiempo estaba enamorado de la música y de la diva y se podía escuchar todos los éxitos de Piaff grabados hasta ese entonces. Ahí conocí la obra de tan maravillosa cantante y eduque el gusto y el oído un poquito. También encontré un novio que me saco canas pues era casado y con hijos... ay los ticos. Pigmalión era bonito, con cojines muy a lo árabe y tenia 3 pisos o niveles, con una barra a la entrada y luego unas escaleras que llevaban a los dos otros niveles. En mi tiempo no fue un gran éxito y casi nunca lo vi lleno. Quiso arrancar como discoteca pero realmente no recuerdo que lo lograra. De todos modos la memoria de uno es selectiva y había muchísimas cosas en ese tiempo que no me interesaban ni me parecían relevantes, como el éxito o el fracaso de bares gay en Costa Rica. Yo solo tengo la impresión que eran muchos y que constantemente habrían más y otros desaparecían con la rapidez del cambio socio-cultural que se gestaba en esos años, cuando los ticos dejamos de ser y nos globalizamos...

También tuve el placer de conocer Jaguares y de bailar disco con cualquier mujer de falda ancha que volara lo suficiente al girar y que hiciera parecer a la mujer como una Barbie. Le sacamos el brillo a esa pista y nos divertimos mucho entrando clandestinamente, tocando la puerta y escabulléndonos dentro con la fe de que nadie conocido nos hubiera visto entrar. Igual ahí pasamos sustos de sustos con las luces altas que parpadeaban para anunciar la llegada de la policía. Con los años ya no eran guapos PM sino policías menos sofisticados que nos hacían sentir mas criminales y menos modernos pero igual nada pasaba. Era una convivencia pacifica entre la sociedad hetero costarricense y la célula gay. En Jaguares, aquí me desvío otra vez para incluir una nota de carácter autobiográfico pero que vale mencionar porque define la época. Una de esas noches de Jaguares, emperifollado y homosexualizado al máximo, -mis padres se habían enterado recientemente de mi elección sexual así que ya no tenia que esconderme tanto- me llegue al Jaguares a tomar y bailar.

Creo que era finales del 79 y al entrar al bar vi a un muchacho muy guapo –o así me parecía y muy orondo en su consciencia de ser EL, rodeado de amigos y disfrutando de cierta pleitesía del entonces su sequito. Recuerdo que me le acerque temblando –siempre he sido tímido- y le dije que el parecía un Sol. Y recuerdo que me contesto “de veras? Ve que bueno porque yo pinto soles”. Era el luego gran artista Pedro Arrieta –que de Dios goce- y de quien tuve el placer de ser amigo eterno a lo largo de 24 años. Pedrito empezaba entonces a ser conocido. Me dio su teléfono y al día siguiente lo llame nos vimos, trate de ser su novio, el ya tenía varios y no había esperanza de llegar a primero en la lista así que opte por lo más sabio en esos casos: cultivar una amistad. Amistad que dicho sea de paso me empujo a los limites de mi mismo y me hizo irme a vivir a México, a probar suerte, a buscar realización. Lo cual le agradeceré hasta el fin de los tiempos. Pedro que hacia poco había regresado de México de estudiar allá, estaba entonces obsesionado con la idea de que el Valle Central era en realidad una Olla Central y que las paredes de la olla eran difíciles de escalar, que había que simplemente dar un gran salto para ir a caer afuera, a cualquier parte. Y me convenció –yo que de por si estaba arto de nuestra sociedad (familia, amigos, desconocidos) que me parecían limitados y asfixiantes, le hice caso. Vendí mis Long plays, la cama y alguna otra posesión que pudiera tener uno a los 20 y me compre un boleto por tierra en Ticabus a la gran ciudad de México. Gracias a Jaguares y a Pedro Arrieta.

A LA BOTA solo fui un par de veces, allá por el Morazán, 50 metros al sur del templo de la música, pero no recuerdo mucho, solo que era medio lúgubre el lugar, oscuro y decadente creo, había gringos de vez en cuando y me parecía como de gente más adulta. No se, esa es la impresión que mas recuero.

Y al CANTÁBRICO también fui pero pocas veces, me daba miedo. Era como jugar a la ruleta con un montón de “bugas” que a lo mejor no eran pero que a lo mejor si y te podías enredar feo. Yo no era tan atrevido. Además el lugarcillo era feíllo y no muy limpio.

Regrese al país en varias ocasiones a lo largo de los siguientes 20 años y conocí algunos otros antros, pero ya todos ustedes estaban aquí y los conocieron mejor que yo. Bendiciones, Edmond S.-

DiegoCR dijo...

gracias a Edmond por su comentario..

Unknown dijo...

Hola.
Creo podría aportar algunos datos, tal como la primera redada en La Bota y las consecuencias sociales y medfiáticas de ésta y otras que luego se sucedieron, y cómo eran otros lugares y unos que faltan de mencionar como el Twings.
Mario: 83735960

Unknown dijo...

Saludos yo fui quien le puso el nombre de la torre junto a mi pareja robert bergsted en los años 84s y recuerdo a su disjay alberto y mi tiempos de un arete como navajilla y mis pantalones de cuero ahora vivo en la playa y tengo 51 años ademas salgo en un video del grupo u2 en berlin alemania que tiempos mas bellos quisiera ver todos los gays que ibamos en ese tiempo saludos de ronny

Unknown dijo...

Saludos yo fui quien le puso el nombre de la torre junto a mi pareja robert bergsted en los años 84s y recuerdo a su disjay alberto y mi tiempos de un arete como navajilla y mis pantalones de cuero ahora vivo en la playa y tengo 51 años ademas salgo en un video del grupo u2 en berlin alemania que tiempos mas bellos quisiera ver todos los gays que ibamos en ese tiempo saludos de ronny

Anónimo dijo...

Una reunión seria genial. Yo tengo 49. Y estoy seguro que a más de uno conocí... saludos Gabriel

Unknown dijo...

La torre mi primera experiencia la viví ahí era espléndida.me acuerdo de ir un sábado con mi amigo Marcos QDG.Fue terrible recorrimos la acera del frente como veinte veces antes de entrar.Luego conocí otros bares discotecas pero no fueron lo mismo.lastima que cerraron.

Unknown dijo...

Hola saludos, me encantó a montones tu testimonio Gabriel, tengo la impresión que nuestras vidas se cruzaron en esos tiempos de finales de los 70's y mitad de Los 80's hoy tengo 61 años y soy una persona trans, yo me vine a vivir a Montreal en 1985, cierto es que a pesar de los prejuicíos de la sociedad de la epoca tuvimos digo, de mí parte lindisimos recuerdos de esas bellas mistades de esos tiempos de gente de las otras 3 provincias que nos dabamos cita en San José, conocida hoy como nuestra familia adoptiva QUEER. Quisé escribir para mencionar a proposito de la KUMBA quien fue la primera persona trans que asumia su identidad es importante para las seguientes podemos decir es nuestra herencia ( nunca la olvidere) ella venía a el Coche Rojo. Y bueno mí trayectoría se desarrolla Al mismo tiempo que la tuya, el conocimiento de todos esos lindos recuerdos. Debo preguntar o mejor dicho comentar de dos disco una Al frente de la otra de la parada de los buses de Tibas, una, un sotano y la otra con una exibición de arte a la entrada. Podría seguir escribiendo, es importante de saber de donde venimos y conocer nuestra historia cultural
Gracias por el espacio

Anaïs Montenegro.

Esteban dijo...

Hola a todos yo conoci en el BAR CANTABRICO al amor de mi vida el tico y yo panameño quien apenas estaba iniciando su vida gay pero ante la tristeza q justo ese dia era el cumpleaños de mi hermans en panama entre a ese bar y conoci a raul q curiosamemte tambien estaba de cumpleaños y m pidio q yo fuera su REGALO para toda su vida y adi duramos 27 años juntos solo muerte en el 2020 año de pandemia nos pudo separar asi era muchachos sanos donde los bares era para divertirnos y enamorarnos
Conocimos el BAR UNICORNIO como mas lesbico pero rico
Tengo 50 años soy medico por si alguien
nos recuerda eramos y soy raul y esteban